jueves, 22 de agosto de 2013

Descubriendo la excitación

Era adolescente cerca de los 14 años, ya había recibido mis primeros besos apasionados; sin embargo, aún no sabía que era lubricarse por excitación.
Pues bien, había un viaje del colegio a un balneario, al llegar pasamos a los cambiadores y después recibimos indicaciones de no alejarnos de la zona recomendada. Ya una vez en la alberca, sentí una mirada. Ahí estaba un joven cercano a los 20's era el salvavidas. Obvio un joven bien parecido atlético, bronceado.
Me miró fijamente, no dejaba de observar me, yo me sonroje y baje la mirada. Minutos después salí de la alberca y se me acercó. Mi corazón latía muy rápido... me dijo hola linda, no sabes nadar muy bien? Te puedo ayudar a que aprendas.
Yo sólo sonreía con inocencia, pero esos ojos miel y labios carnosos me hipnotizaron. Desperté y le dije ahora vuelvo, corrí con las amigas y ellas más despiertas que yo, me incitaron a aceptar.
Ya regresé y le dije si enseñame.
Entonces entramos a la alberca y me sujetó, comenzó explicando pero poco a poco sus manos se deslizaban por mi cuerpo, tocaba mis piernas y la entrepierna, se colocó atrás de mi y me sujetó de la cintura, después tocó mis senos y finalmente mi sexo. Yo estaba embelesada, solo cerraba mis ojos a cada caricia, me giró y me besó y pude sentir su firmeza.
Comencé a ponerme nerviosa algo nuevo pasaba en mi interior, algo deseaba descubrirlo y otra parte tenía miedo. Me dijo vamos a otro lado.
Y le dije no puedo, debo irme.
Ahí terminó la primera ocasión en que me excite...

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